domingo, 7 de octubre de 2012

Parad el carro


Al final ha empezado a sucederme lo que, al parecer, les sucede a muchas madres homeschoolers que bloguean. Resulta que hay otras madres, que todavía no son homeschoolers pero que tal vez quisieran serlo, que nos escriben para pedirnos consejo y orientación.

Ok, a mi me costó lo mío dar un paso al frente y decidir educar a mi hijo en casa contra viento y marea. Me informé todo lo que pude. Leí blogs, artículos y libros. Vi documentales, debates y entrevistas. Pensé mucho. Hablé poco. Pero no llamé a nadie para pasarle la pelota de decidir por mi; no le pedí a nadie que me diera el empujón que me faltaba. Si os falta un empujón para terminar de decidiros, tal vez es que esta opción no es la más adecuada para vosotras. O tal vez sí pero, desde luego, no soy yo la más adecuada para daros ese empujón. Me alegro de que os guste leer mi blog, de que os calme según qué dudas y paranoias, pero dejadlo ahí. No soy consejera; no soy asesora; no soy experta en nada. Bueno, soy experta en mi hijo y en mi familia, pero no en los vuestros.

Pienso que algunas os queréis seguir autoengañando. Está bien, lo respeto, pero no esperéis mi bendición. Imaginao que, desde lo más profundo de la caverna en la que os halláis, algunas habéis comenzado a  intuir luces ahí afuera, pero no queréis asomaros por si acaso, por si la realidad es demasiado para vosotras. Está bien, pero no pretendáis involucrar a los demás. La culpa no es de Magritte. Él sí pintó una pipa.

jueves, 30 de agosto de 2012

Tú sí, peeerooo....


¿Quién dijo que no se puede? Siempre hay alguien haciendo algo que otros dijeron que era imposible. Prueba a intentarlo.


Vale, ya sé que los puntos suspensivo son tres, no dos, ni siete, ni cuatro y que por tanto al título le sobra uno. Pero es para enfatizar, ustedes me entienden....

El homeschooling en España es como el río Guadiana. A veces desaparece, es como si no existiera. Pero hay otras veces en que reaparece y es como si todo el mundo estuviera pendiente de nosotros. Eso sucede:

a) cuando se acerca el inicio del curso escolar (o sea, en agosto-septiembre)

b) cuando una familia es llevada a juicio, gane o pierda, pero sobre todo si pierde

c) cuando la mayor agencia de noticias utiliza el tema para titular una noticia sobre la reforma educativa, algo como ésto.

Si, como es el caso, coinciden en el tiempo las opciones b) y c), entonces el despiporre ya es total. Y tenemos a los medios de comunicación encima, a veces con respeto y otras veces en plan amarillista. Y a gente que vive felizmente instalada en el Día de la Marmota opinando alegremente sobre cómo y por qué debería prohibirse el homeschooling. Les da igual que les digas que Hitler también lo prohibió, como quieren hacer ellos; inevitablemente te salen con que si "ahora vas a decir que los vegetarianos son malas personas y genocidas en potencia".

A lo que iba: normalmente, cuando enfrentas sus sesudas opiniones [basadas en ninguna evidencia y ningún conocimiento personal] a tu propia experiencia, recurren a lo fácil que es decirte que, en general, consideran que el homeschooling es una mala idea pero que, como excepción, gente como sí puede hacerlo porque, claro, tú fuiste a la Universidad (da igual que estudiaras Física que Filología que Derecho, hay quien considera que cualquiera que sea licenciado está capacitado para dar educación académica a los niños) y tú sí cuidas a tus hijos y etcétera etcétera.

O sea, que después de explicar brillantemente por qué el homeschooling debería estar prohibido, resulta que la única excepción admisible ¡¡eres tú!! ¿¿¿No es maravilloso como el Universo crea sincronías en nuestras vidas???

Viene a ser como cuando te dicen que esto de la crianza sin castigos es una mamarrachada pero que qué suerte has tenido tú, que te han salido unos hijos taaan educados.

Pero la cuestión es: ¿quién se creen que son ellos para decidir cómo debe cada uno educar a sus hijos?


lunes, 27 de agosto de 2012

Magritte

Esto no es una pipa


Hace ya casi medio año, dejé esta nota mental al final de un post:

[NOTA MENTAL: preparar un post sobre la importancia de llamar a las cosas por su nombre]
 
 
No me he olvidado, es que a veces me cabreo cuando pienso en este tema. No tolero la corrección política llevada al extremo. No tolero la actitud victimista predominante en este país que casi obliga a la gente a empezar o terminar cualquier argumentación pidiendo disculpas o confesando que no conoce bien el tema. 
 
Si no conoces el tema, tal vez no deberías opinar, sino preguntar e informarte, para poder formar tu propia opinión.

Si, por el contrario, conoces el tema y estás seguro de lo que vas a decir, no tienes que pedirle disculpas a nadie.

Me paso todo el día formándome, informándome y esforzándome para poder criar a una persona íntegra y honesta. Pero al final resulta que todo es una mentira; que hay que andar con pies de plomo para no ofender a los demás. Que nos peleamos por ver quien es "más experto", quien es "más unschooler" y quien es más polite. El colmo de la corrección política nos ha llevado a decir que no estamos en contra de la escuela, después de haber analizado miles de fallos del sistema. No nos gusta el currículum, no nos gustan los horarios, no nos gustan los deberes, no nos gustan los exámenes, no nos gustan las asignaturas, no nos gustan los títulos... pero no somos anti-escuela. Adoramos a John Holt. Pero no somos anti-escuela. Y luego, en el colmo de nuestra estupidez, adoramos también a Neill, que era un tipo que, básicamente, opinaba que los niños, cuanto más lejos de los padres, mejor.

Si le cambiamos el significado a las palabras, ya no habrá comunicación posible. ¿Dibujó o no dibujó el tal Magritte una pipa? Tal vez tuvo una premonición de lo que sería la España del siglo XXI.


 
 


 

lunes, 20 de agosto de 2012

Homeschooling en España: El absurdo kafkiano en la actualidad





No suelo asomarme a la página de estadísticas del blog puesto que no me interesan. Como ya dije alguna vez, este blog se compone por 50% de desahogo personal y otro 50% de humor e ironía. No escribo para vosotros, amigos lectores. No escribo para aumentar el tráfico (para eso tendría que escribir artículos titulados "5 formas de tener éxito educando en casa", "3 mentiras sobre la no escolarización" y cosas similares).

Pero a veces me acerco a leer las estadísticas y nunca dejan de sorprenderme. Últimamente, por ejemplo, han llegado hasta aquí 3 personas que buscaron en Google "odio limpiar mi casa". No creo que el resultado de la búsqueda les satisfaciera (¿satisfaciera? ¡maldito verbo, nunca sé cómo se escribe!). 
 
Dos personas llegaron buscando "todavía quiero ser bombero". Facepalm total.
 
Y otras dos llegaron buscando "el absurdo kafkiano en la actualidad". No sé qué estarían buscando ni si quedaron satisfechos con lo que encontraron, pero a mi me ha servido para reflexionar sobre lo absurdo y lo kafkiano del homeschooling en España. Veamos el estado de la cuestión:

-hay niños maltratados que no tienen ningún apoyo por parte del Estado ni de la sociedad

-hay un sistema escolar monstruoso que no funciona y que nos obligan a mantener

-hay trabajadores sociales con complejo de Divinidad que se creen por encima del bien y del mal

-hay fiscales y jueces que no saben qué hacer con nosotros

-hay grupos y pseudogrupos, expertos y pseudoexpertos a lo largo y ancho del país que se aprovechan de las inseguridades de la gente

-hay padres y madres que ven cuánto perjudica el sistema escolar a sus hijos pero que están paralizados por el miedo y ni se atreven a escolarizar ni intentan mejorar el sistema desde dentro

-hay padres y madres que educan en casa y que cuentan mentiras por su propio interés, pisando a quien haga falta

-hay un Gobierno a punto de acometer una reforma educativa titánica en dos sentidos: en un sentido, porque es una reforma inmensa de grande, casi total; en otro sentido, porque va a hacer aguas por todos lados, porque es como el Titánic. Se han embarcado en esta reforma educativa sin tener a bordo los prismáticos adecuados, sin tener suficientes botes salvavidas y sin respetar los límites de velocidad.  Ah, més amis, preparénse para chocar contra un iceberg, vamos a hundirnos.




domingo, 22 de julio de 2012

El Día de la Marmota


Siempre es el 2 de febrero y no hay nada que pueda hacer al respecto.


Casi todos los españoles tenemos un "pueblo" al que volver. Y volver al pueblo, casi siempre, es como meterse en el Día de la Marmota. Puedes pasar tres meses en el pueblo y es como si sólo hubieras vivido un día.

Mientras tomo el primer café de la mañana, observo la Plaza Mayor. El barrendero que quería ser bombero. La chica de la limpieza que quería ser contable y, durante un tiempo, se lo creyó porque el ampa de la escuela le confió la tarea de llevar sus cuentas. Aparecen las madres con sus hijos, camino del colegio porque aquí, cuando se acaba el colegio de invierno, empieza el de verano. Tienen sueño, no quieren ir y, si mamá está de vacaciones, ¿por qué yo no? Por la tarde estarán en el parque, jugando al fútbol, porque no saben jugar a otra cosa. Y cuando llegue mi hijo empezarán a examinarle. ¿Cuánto es 100 x 100? ¿Hasta cuánto sabes contar en inglés? ¿Sabes escribir con letra cursiva? Porque lo niños, o éstos al menos, miden su valía en función de sus logros académicos. Y el que no da la talla, compensa haciendo virguerías con el balón, como un zipizape cualquiera.

Por la noche, las terrazas llenas de gente tomando unas cañas. ¿Quién dijo crisis? Y mientras, los nuevos adolescentes que lo son a una edad en que nosotros todavía eramos pre-asolescentes, fuman porros sin esconderse y se meten con el loco del pueblo (porque todos los pueblos tienen su loco, su personaje solitario e incomprendido con un pasado fascinante y un futuro incierto).

Y, a la mañana siguiente, borrado total de memoria y vuelta a empezar.




martes, 5 de junio de 2012

Mis blogs favoritos




El post más leído de este blog se titula "Blogs de homeschooling que odio". Pero ahora el blog Somsis me ha dejado un premio y me veo obligada a escribir este post, que se titula "Mis blogs favoritos". En este caso, no se trata sólo de blogs de homeschooling, porque las bases del premio me permiten premiar a 5 blogs que me gusten, sea cuál sea la temática. El único requisito, creo entender, es que tengan menos de 200 seguidores. Supongo que es para ayudar a difundirlos. Así que allá voy:
 

Aprendizaje SUPRAescolar, una alternativa natural y liberadora, de Priss González.

Confesiones de un lunático, de Juanjo a quien agradezco que me entretegna con sus historias, sus curiosidades, sus retos y sus enigmas. Además, Juanjo es profesor y, de vez en cuando, nos deleita y os ilustra contándonos anécdotas reales de las escuelas de este país.

We Live Learning (Aprendiendo todos de todo), porque los blogs de unschooling en español no abundan y espero que no se cansen de escribirlo.

La mesa cero del Blasco, un blog de varietés escrito por AAVV (o sea, autores varios). Visito la mesa cero cuando necesito desconectar del trabajo, del homeschooling y de las obligaciones en general.

Radioschooling, porque encuentro muy interesante el formato que utiizan, exclusivamente en podcast y exclusivamente sobre educación en casa.



domingo, 3 de junio de 2012

Mi hijo es una buena persona (y el tuyo también)



Un día sin risa es un día desperdiciado

Cada vez me relaciono menos con cierto tipo de madres. Voy con mi hijo al parque y me llevo un libro para entretenerme y aprovechar el tiempo. La mayoría de las madres que llevan a sus hijos al parque cerca de mi casa centran sus conversaciones exclusivamente en

a) la escuela
b) lo malos que son sus hijos

Yo no sé si lo creen realmente o si sólo repiten tópicos para tener algo de que hablar. Da igual lo pequeño que sea el niño, su madre lo presentará como un pequeño tirano que usa todo tipo de estrategias malévolas para salirse con la suya. Salirse con la suya, ¡ah, qué expresión más detestable!

Esta semana pasada, sin ir más lejos, un grupo de madres estaba hablando de las rabietas de sus hijos y de cuáles son los mejores métodos para acabar con ellas. Escuché barbaridades varias, mientras trataba de concentrarme en la lectura. De repente, oí la voz de mi hijo que les decía:

"cuando yo me enfado mucho, mi madre hace tonterías".

Y tiene razón: mi arma secreta anti-rabietas es el humor, unido a la creencia absoluta de que mi hijo es una buena persona. Probadlo, que hace maravillas. Porque vuestros hijos también son buenas personas.



miércoles, 30 de mayo de 2012

Gente fake

Eres tan falsa que incluso Barbie está celosa
 
No quería volver a hablar de este tema, que ya bastantes disgustos me he llevado, pero parece ser que mi entrada de ayer se ha malinterpretado. Creo que se han dado por aludidas personas a las que, precisamente, no me estaba refiriendo cuando critiqué ciertos tipos de blogs.

Para dejar las cosas claras y cerrar el asunto: por supuesto que la búsqueda de la perfección no sólo es lícita sino que es necesario y recomendable; por supuesto que la belleza es algo bueno que alegra el día y la vida. Por supuesto que hay madres maravillosas que hacen cosas maravillosas con sus hijos. Por supuesto que sí.

Yo misma devoré una gran cantidad de blogs cuando empecé a educar en casa. Los leía de principio a fin, del derecho y del revés, los guardaba en "mis favoritos", copiaba sus recursos, sus ideas y hasta su estilo cuando empecé mi propio blog (uno que no es éste). Pero pasó esa fase (igual que se me pasó la fase de leer libros y blogs sobre crianza respetuosa), dejé la blogosfera y, poco a poco, fui haciendo criba de blogs en mi reader. Algunos porque, simplemente, no me aportaban ya nada. Que no significa que no le puedan aportar mucho a sus autoras y a muchos lectores, ojo.

Hay blogs prácticamente perfectos en los que se nota que detrás hay gente real, con vidas reales. Pero [y aquí viene el meollo de la cuestión] los blogs del tipo Bree Van de Kamp me suenan muy muy falsos. Me suenan tan falsos que pienso que sus autoras dedican más tiempo a la previa ya la crónica de las actividades que a disfrutar de ellas con sus hijos. Me dan pena esas madres que quieren convertirse en una mezcla de Martha Stewart y Marla Cilley, incluso a pesar de sus hijos y de ellas mismas. La diferencia entre ellas y yo, es que yo no les escribo a su email para decirles de todo menos guapa. Como dije ayer, al que no le guste este blog, simplemente, que no lo lea. O que lo lea y se abstenga de comentar si lo único que le sale son insultos y exabruptos, porque de esas cosas no quiero por aquí ni por email. 
Yo seguiré aquí, contando lo bueno y, sobre todo, lo malo de mi vida como madre homeschooler. Ustedes vomiten lo que quieran pero que sea en sus blogs, en sus foros privados y en sus largas sesiones de Skype hasta altas horas de la madrugada, mientras otras estamos durmiendo porque por la mañana nos hemos de hacer cargo de nuestros hijos.



lunes, 28 de mayo de 2012

Neuralizando, que es gerundio

Dejé de escribir aquí después de recibir varios comentarios no muy agradables. Parece ser que algunos lectores no comprendieron que la esencia de este blog es 50% desahogo personal y 50% humor e ironía. Fifty fifty. Lo sé, soy una persona que desata pasiones: o me aman, o me odian. No en vano el post más leído es uno titulado Blogs de homeschooling que odio. Con él no pretendía desmerecer a todas esas madre blogueras que comparten recetas de cocina, que hacen miles de actividades maravillosas con sus maravillosos hijos, que tienen métodos para todo, ya sea enseñar a leer o limpiar el retrete. Que seguro que sus blogs tienen mucho público, no lo dudo, y seguro que le hacen mucho bien a determinadas personas, incluídas sus propias autoras.

Después recibí varios comentarios de ánimo, gente que me contaba cómo se había reído con una u otra entrada, o cómo se había sentido identificada con tal o cuál comentario. Y pensé que, qué coño, al que no le guste, que no me lea.

Anyway, lo que venía a contarles es que mi hijo se ha convertido en un hombre de negro. Vimos la I y la II en casa antes de ir al cine a ver la III y ahora se pasa el día vestido de negro, con corbata, gafas de sol y un cachivache que le sirve de neuralizador.

He pensado que yo también voy a neuralizar a los que me escribieron comentarios feos, así que, si son tan amables de mirar hacia aquí... Aquí no ha pasado nada, ustedes no han leído ningún post que cuente lo malo del homeschooling y este blog no existe.

martes, 13 de marzo de 2012

Las horas



A mi lo de los horarios me cuesta un poco, qué queréis que os diga.

Nunca me ha gustado que me impusieran horarios, ni para comer, ni para dormir, ni para trabajar ni nada de nada.  Las pocas veces que he tenido trabajos en los que tenía que cumplir un horario lo he pasado francamente mal. Y he llegado a la conclusión de que no vale la pena.

Pero, claro, el problema viene cuando conviven varias personas con ritmos absolutamente distintos. O las épocas en que mi hijo dormiría duerme hasta las dos del mediodía y mi superyo escolarizado sigue pensando que algo debería cambiar.



sábado, 10 de marzo de 2012

Opina que algo queda

Súbeme, Scotty. No hay vida inteligente ahí abajo.


 
Vale. Al final me he cabreado. Me ha cansado de escuchar las opiniones de gente que no tiene ni puta idea de lo que es el homeschooling.

Es típico: un programa de TV decide hacer un reportaje sobre educación en casa y sale a la calle para preguntarle a la gente. Y es típico que esa gente reconozca no saber nada del tema ni, mucho menos, conocer a familias que eduquen de esta forma. Y, sin embargo, se atreven a dar su opinión usando un tono de convencimiento absoluto de estar dando LA opinión correcta.

¿Acaso opino yo sobre si los vegetarianos pueden alimentar a sus hijos con una dieta estrictamente vegetariana y, en su caso, sobre cómo deberían o no deberían hacerlo? ¿Opino sobre lo que deberían darles de comer y sobre si deberían darles o no suplementos? Por supuesto que no, porque ni soy vegetariana, ni soy nutricionista, ni soy médico ni tengo ni puta idea de este tema. Y, sobre todo, porque lo que hagan los vegetarianos con sus hijos no es asunto mío.

Pero, cuando se trata de educación en casa, todo el mundo se atreve a sentenciar. Mucha gente parece tener clarísimo que sí es legítimo educar en casa siempre que se proporcionen unos contenidos mínimos y que los padres estén suficientemente capacitados.

Pero, vamos a ver, ¿quién va a determinar cuáles son esos contenidos mínimos? ¿Quién va a decidir cómo se valora la capacitación de los padres? ¿Dónde vamos a tirar la línea?

El ejemplo clásico es éste: si un niño de 12 años no sabe leer con corrección, es que sus padres no lo están educando adecuadamente y, por tanto, se les debería obligar a escolarizarle. Bien, sólo voy a decir dos cosas:

1) Si una persona, más tarde o más temprano, aprende a leer con corrección, ¿qué más da que haya aprendido a los 3 años, que a los 7 o a los 15? ¿Cuál es la diferencia entre un niños que a los 5 no lee y otro que no lee a los 12?

2) Las escuelas están llenas de niños de 12 años (y más) que no leen con corrección y, sin embargo, a nadie se le ocurre obligar a desescolarizarles. Porque leer no es sólo juntar letras. Leer es, sobre todo, desarrollar la habilidad de la comprensión lectora. Hay estudiantes universitarios que, después de leer un artículo de dos páginas, son incapaces de explicarte su contenido o de resumirte las ideas fundamentales.

viernes, 2 de marzo de 2012

Una cosa lleva a la otra



Podría escribir un sesudo artículo sobre lo que es el unschooling.

Hay mucho malentendido por ahí, sobre este tema.

La gente piensa que el unschooling es desestructurado, que es dejar al niño "libre" para que aprenda lo que necesite (qué bien suena, dicho así).

Pero lo fundamental del unschooling es esto:

1. Darse cuenta (y aceptar) el hecho de que el aprendizaje está en todas partes, aunque no siempre sepamos explicarlos en términos académicos. Que puede ser igual de didáctico un libro de texto, que un juego de mesa, que un programa de TV, que una visita a un museo o una salida al campo.

2. Estar presente y disponible. Siempre. En todo momento. Aunque sean las 12 de la noche y tengas ganas de mandar a tus hijos a la mierda cama.

3. Tratar a los niños como a personas (que es lo que son) que tienen una vida aquí y ahora; no son humanos en potencia que se estén preparando para la vida que tendrán en un futuro. No way.

Todo ello se traduce, en la práctica, en ser capaz de enlazar los temas según surjan pero sin ánimo de ponerse en plan profesor, sin pensar "bien, ahora que está leyendo este cómic de Tintín voy a aprovechar para darle una lección sobre las profesiones que salen en él".  Y hablar, por ejemplo, de la profesión de Alan, el contramaestre, os puede llevar a hablar de la marina mercante y de los peligros de la vida en el mar, y de geografía y de cómo se organiza un puerto y de por qué algunos puertos son puntos militares estratégicos y de por qué algunos países invaden a otros y un larguísimo etcétera que os llevará muy lejos del comic de Tintín.
 
Y, si bien es cierto que los cómics de Tintín dan para eso y mucho más, tiene que ser algo espontáneo y que os interese a todos. Si es algo que tú fuerzas sobre tus hijos con espíritu "educador", entonces no es unschooling.

Es homeschooling y podemos debatir sobre su legitimidad. Pero no es unschooling.

[NOTA MENTAL: preparar un post sobre la importancia de llamar a las cosas por su nombre]



viernes, 24 de febrero de 2012

La vida de antes


Me da igual lo que digan las Bree Van de Kamp del mundillo homeschooler. Simplemente, hay días que mandarías al niño al cole y todo lo demás a la mierda. Hay días que quieres pasar de todo, soltarle un grito al crío para que te deje en paz y, si hace falta, castigarlo y todo. Eso sí, sin remordimientos ni nada de eso.
 

Hay días que quieres tener un niño sumiso, como las demás. Y quieres volver a ponerte el traje pantalón y los tacones de siete centímetros, maquillarte, coger el maletín de cuero y volver al mundo de los adultos, a ese mundo de hombres que a las mujeres tanto nos costó conquistar. Y tener reuniones de largas horas, con cafés americanos y exquisitas secretarias que te hacen la vida más fácil. Y, luego, te irías a cenar a un buen restaurante y pagarías con la Visa oro de la empresa.

Pero no. Sigues en casa, con el delantal puesto, desfaciendo los entuertos de tu hijo, compartiendo exquisitas recetas con tus ciber amigas, leyendo libros de pedagogía y maldiciendo a todas las brees del mundo mundial. Y piensas ¿y si yo también me monto un blog de estos en los que todo, absolutamente to-do, parece perfecto? ¿Y si yo también me pongo a escribir lo maravilloso, lo empático y lo socializado que es mi hijo y comparto mil y un recursos para que todas se mueran de envidia?

Sí, podría. Pero entonces no sería yo.





jueves, 23 de febrero de 2012

Madres pirómanas


Si el mundo de los blogs es apasionante, el de los foros lo es incluso más.

Hasta hace poco, sólo había participado en algunos foros relacionados con mi profesión y con un par de aficiones que tengo. También leía algunos blogs de crianza dedicados al estilo de crianza llamado "con apego" o "respetuosa" o "natural".

Estos foros son un curioso fenómeno sociológico, digno de estudio. Me sorprende ver cómo se tratan en la red algunas de esas madres que dicen ser exquísitamente respetuosas con sus hijos, que dicen cosas como "no consentiría que mi marido me insultara o me pegara, por eso tampoco insulto ni pego a mi hijo". Y, sin embargo, no tienen ningún reparo en insultar a otras madres que, como ellas, se presentan en la red como madres hiperrespetuosas.

Merece especial atención la actitud de algunas foreras que se dedican a escribir sobre el homeschooling y, sobre todo, sobre el homeschooling en España. Es sabido que en este país tenemos una situación sumamente delicada, que no existimos para el Estado excepto a la hora de perseguirnos y criminalizarnos. Supongo que esto hace que, para algunos, los nervios estén siempre a flor de piel, cosa que en modo alguno justifica los comentarios y acusaciones que se leen por ahí. Y los negocios paralelos que surgen en torno al homeschooling en España no ayudan nada a suavizar la situación; más bien al contrario.


Algunas de esas madres que, supuestamente, son hiperrespetuosas, parecen gozar con los conflictos hasta el punto de animarse a provocarlos innecesariamente. Empiezan fuegos, como el brujo Firestarter de la serie The Charmed Ones. Achaco esta actitud a una personalidad dominada por las emociones, a una incapacidad de pensar de un modo racional, ergo, a una preocupante inmadurez. Todo lo cual me lleva a la conclusión de que, tal vez, esas personas no son tan exquisitamente respetuosas con sus hijos, después de todo.



viernes, 10 de febrero de 2012

Mi vida, no hay derecho





Yo no podría.

Sé que algunas familias lo hacen (y lo sé porque las conozco). Educan en casa pero permiten que el sistema escolar siga dirigiendo sus vidas.

Hasta cierto punto, puedo entender que las madres estén interesadas en conocer el nivel académico correspondiente a cada curso escolar y, basándose en esos datos, organicen sus educación en familia para no quedar rezagados. Puedo entender que compren, incluso, los mismos libros de texto que tendrían que comprar si escolarizaran. No lo comparto, pero lo puedo llegar a entender.

Lo que no comprendo, de ningún modo, es que permitan que sus vidas sigan estando regidas por el horario escolar. ¿Cuál es la gracia de hacer homeschooling si te sientes obligada a organizar tu vida fuera de casa en función del horario escolar?

Entiendo que no bajes al parque hasta que los demás niños no hayan salido del cole, claro, porque la idea de bajar al parque es que tus hijos puedan jugar con otros niños. Pero ¿qué te impide bajar a comprar el pan con tu hijo a las 10 de la mañana? 

A lo mejor es que yo soy una inconsciente y, en mi inconsciencia, cometo la imprudencia de organizar mi vida como mejor me place, en función de nosotros mismos. Salimos a la calle cuando lo necesitamos, y nos da igual qué estén haciendo los demás niños en ese momento. Por supuesto, no suelen faltar los comentarios de "¿estás enfermo?" o el de "hoy te has librado del cole, eh" (con ese guiño que indica que librarse del cole es algo positivo porque, no nos engañemos, en el fondo todos sabemos que lo es).

Pero veo que eso no es lo habitual. Lo habitual es que las familias tengan miedo y, por si acaso, no salen a la calle en horario protegido. Por lo mismo, algunos matriculan a sus hijos en escuelas a distancia, no por lo que éstas les puedan ofrecer, sino para tener un ancla a la que agarrarse, la de "mi hijo está escolarizado a distancia".

Me pregunto cómo serían las cosas si nos atreviéramos a gozar plenamente de la libertad que nos da  la educación en casa, si el homeschooling en España dejara de ser perseguido.

¿Cómo serían las cosas si no tuviéramos tanto miedo?



lunes, 6 de febrero de 2012

Sueños imposibles


Soñé que toda mi casa estaba limpia.


Así me he levantado hoy (bueno, no tan repeinada y maquillada, claro). He soñado que mi casa estaba perfectamente limpia. Impecable. Inmaculada. Tal vez es que tenía servicio, porque lo que es limpiando, no me he visto en el sueño.

Pero no, no tengo servicio y, cuando he abierto los ojos, he visto ropa tirada por el suelo. El suelo está sucio así que, ahora, la ropa también está más sucia de lo que debiera.

Lo que sí está perfectamente limpio son mi email, mi facebook personal y mi lector de feeds. He estado de limpieza cibernética este fin de semana, que también hacía mucha falta.

Me preguntaba cómo llevarían las demás mamás homeschoolers el asunto de la limpieza y he recordado que, hace algún tiempo, leí un Carnaval de Blogs sobre organización del hogar. Es éste, que se publicó en el blog Alzar el Vuelo. A mi me gustaba el carnaval de blogs. A lo mejor me animo y lo reactivo yo.



lunes, 30 de enero de 2012

Siempre tuviste el poder


Ya no necesitas ayuda. Siempre tuviste el poder.


Pasa mucho que, cuando explico esto de la educación en casa, la gente dice: "Yo lo haría, pero no me veo capaz".


Que sepáis, les digo, que cualquiera que quiera puede hacerlo.

Pero supongo que dicen eso porque piensan en términos escolares, porque piensan que educar en casa es asumir el rol del profesor y hacer, en casa, lo que el profesor hace en la escuela. Al fin y al cabo, hemos progresado gracias a la división del trabajo, ¿no?

Una vez me acusaron de intrusismo profesional. Pero es que no es eso.

Hay familias homeschoolers que sí, más o menos, trasladan la escuela a casa, así tal cual. Pero la mayoría de los que conozco (personal o virtualmente) no lo hacen así. Es más, incluso aunque quieras dar a tus hijos una educación estructurada al estilo del colegio, ¡estamos en la era de la comunicación y la información! ¡La era de la mentalidad 2.0! Ahora cualquier información que necesites está a un clic de distancia. Ahora es más fácil que nunca encontrar recursos educativos y contactar con personas de todo tipo. Sólo es cuestión de voluntad. Querer es poder, ¿recuerdan? Dorothy lo sabía.

De modo que la duda sobre la capacitación queda invalidada: cualquier padre o madre está capacitado para educar a sus hijos. Punto.



domingo, 29 de enero de 2012

De leyes absurdas y juicios kafkianos


No quería hablar de asuntos legales y judiciales en este blog, pero la actualidad me obliga.

Es sabido que, en este país, la Justicia va por un lado y las leyes por otro. No voy siquiera a intentar explicar cuál es la legalidad del homeschooling en España, porque para eso ya hay gente que lo hace muy bien, como Madalen Goiría o Laura Mascaró

Tengo muchos amigos americanos (y cuando digo americanos, quiero decir estadounidenses, en realidad) y, cada vez que hablo con ellos sobre este tema, me doy cuenta de lo reducida que es su visión del mundo. Ellos son incapaces de comprender lo más mínimo la situación en la que nos encontramos los padres homeschoolers en España. Supongo que lo mismo les pasa a los Australianos, como viven casi en el fin del mundo, los pobrecitos. El caso es que, mientras aquí nos la jugamos y nos tenemos que defender como podemos en los tribunales, los australianos, que pueden educar en casa legalmente, se la juegan porque sí, porque ellos lo valen, y algunos miles educan en casa sin pasar por el registro obligatorio ante la autoridad educativa. Imagino que, si algún día llega a legalizarse esto en España, seguirá habiendo familias que prefieran continuar viviendo al margen de la legalidad pero, sinceramente, pienso que entre la amenaza de un juicio, que puedes perder o ganar, y la obligación de tener que cumplir determinados requisitos, me quedaría con lo de los requisitos. Si me dejaran elegir, claro. Porque lo cierto es que no me dejan y sigo viviendo con el riesgo de un juicio kafkiano.
El caso es que hoy leía que en el País Vasco hay una normativa que dice cosas tales como a qué edad puedes dejar a un niño solo. También dice algo de archivar los expedientes abiertos por absentismo escolar en caso de que la familia demuestre que está educando al niño. No comprendo muy bien cuál es el alcance real de esta norma. Hace poco, una madre perdió la custodia de su hija (en favor de un padre ausente) por haber practicado el colecho y el homeschooling con su hija de siete años. ¿No se le aplica a ella esta normativa que parece alegrar a algunos homeschoolers?
Escuché, también hoy, un reportaje sobre educación en casa y una entrevista a Sergio Saavedra y Laura Mascaró en la que hablaban sobre los beneficios del homeschooling y sobre los problemas legales. Leí un comentario de Sandra Dodd, a propósito de los australianos, y pensé que era aplicable a España: el sistema no debería perseguir mucho a los homeschoolers, porque con cada uno que persigue contribuye a poner de manifiesto la gran cantidad de gente que se aparta del sistema porque éste no les ofrece lo que ellos necesitan.

Supongo que estamos haciendo Historia.




miércoles, 18 de enero de 2012

Control

A veces, no tener el control es una de las cosas más bonitas del mundo




El control es peligroso. Debido a que los adultos tratamos por todos los medios de controlar las vidas de los niños, les creamos problemas que no deberían haber existido. Por ejemplo, controlando lo que comen y cuándo lo comen, impedimos que aprendan a escuchar a su propio cuerpo. A causa de este control, muchos adolescentes y adultos padecen transtornos de alimentación. Controlando lo que deben aprender y cuándo y cómo lo deben aprender, eliminamos su curiosidad y su gusto natural por el aprendizaje. Controlando su vestuario, sofocamos su capacidad de decidir cuándo necesitan abrigarse y cuándo no.

La cuestión es que la desescolarización va mucho de esto. De dejar de controlar. O, precisamente, de controlar nuestro propio impulso controlador. Cuando dejamos de controlar constantemente, las cosas, simplemente, suceden.

Quería escribir un libro que se llamara "Liberad a los niños" pero, pensándolo mejor, creo que al final se va a llamar "liberad a los padres".


sábado, 14 de enero de 2012

La importancia de la cursiva: teoría refutada


Algunos niños escolarizados miden su vida y sus logros en función de la escuela. Es normal, supongo. Pasan muchas horas en ella o haciendo cosas relacionadas con ella.

Por eso, algunos de ellos no pueden evitar compararse con otros niños y, especialmente, con los niños educados en casa. Tengo la profunda sospecha de que, cada vez que se comparan con mi hijo, creen que tienen las de ganar (si es que hubiera algo que ganar o que perder, más allá de la integridad de su autoestima).

El caso es que mi hijo debería estar en Primer Curso de Educación Primaria (así, en mayúsculas, porque las cosas importantes se escriben con mayúsculas) y se ve que, en este curso, [ironic mode on] aprender a escribir con letra cursvia es poco menos que vital para la supervivencia infantil. [ironic mode off].

La conversación fue así:

Madre de niño escolarizado: ¿Se ha apuntado tu hijo a alguna actividad este año?

Madre de homeschooler (osease, yo): Sí, va a una academia de inglés que le gusta mucho porque hacen muchos juegos, canciones, manualidades, etc. Y hay pocos niños por clase.

Niño escolarizado: ¿¿Va a inglés?? [El tono empleado equivalía a ¡oh, mierda, igual hasta aprende más inglés que yo!] ¿Y sabes letra cursvia?

Ignoro cuál fue el proceso mental que llevó a este niño a relacionar las clases de inglés con la letra cursiva. Pero, al tema.

Mi hijo puso cara de ¿¿podrías hablarme en español, por favor??

Yo les dije: La letra cursiva no sirve para nada.

La madre del niño me lanzó una mirada asesina.

Le expliqué al niño que mi hijo sí sabía leer la letra cursiva pero que no sabía escribirla, y que no le hacía ninguna falta.

Aquí di la conversación por terminada, porque me di cuenta del peligro de acabar cayendo en la trampa de la competición por ver quién sabe más y mejor. [Pero, entre nosotros, mi hijo es, en este caso, el que sabe más y mejor. Mi hijo lee libros él solito, tengan letra cursiva, letra de palo como la llaman ahora, sea minúscula o mayúscula. El otro niño sólo "lee" libros cuando le obligan y, a pesar de que junta las letras para pronunciar la palabra, después su madre se lo tiene que repetir para que entienda el significado. ¿Cuál es el punto de la lectura y la escritura sino posibilitar la comunicación?]

Hay un libro muy bonito de John Holt titulado "Learning all the time" en el que explica que él creía que escribir en cursiva era más rápido y que, por tanto, la gracia de este tipo de letra estaba en esto, en ganar tiempo. Pero, un día, hizo la prueba y se cronometró contra unos alumnos que escribieron lo mismo pero con letra de palo. Fueron más rápidos sus alumnos.

Y con esto, queda refutada cualquier teoría que pretenda demostrar la utilidad de la cursiva.
 
Post Scriptum: he de reconocer, sin embargo, que tanto la letra cursiva como cualquier otro tipo de letra puede considerarse un arte. El mundo de las tipografías me resulta fascinante. Sin embargo, ello no justifica que se torture a los niños obligándoles a aprender un tipo de escritura que no tiene ninguna utilidad real. Porque, seamos sinceros, ¿cuántas veces en tu vida te ves obligado a leer algo que esté escrito en letra cursiva? Prácticamente sólo los libros para niños pequeños la usan y, en serio, ¡¡¡es rematadamente complicada!!!




martes, 10 de enero de 2012

Vuelta a la rutina


 
Al final, el reset ha durado más de lo previsto, pero está bien.
 
Los blogs de homeschooling que leo hacen balance y propósitos y, muchos de ellos, comienzan con cambios o con dudas. El 24 de diciembre me puse en modo mercurio retrógrado [aunque Mercurio no estaba en retroceso] y me puse paraadentro, como se dice. Pero me puse en modo ON ayer, cuando el mundo civilizado volvía a la rutina. De repente, volvíamos a estar en Vulgaria. Se acabó el espíritu navideño. La gente vuelve a estar de mal humor, hiper atareada y gris.

El primer día post-vacacionesdenavidad siempre me hundo un poco. Me sigue sorprendiendo cómo cambia el mundo en época escolar. Me sigue sorprendiendo cómo la gente se empeña en vivir una vida impostada. Pero luego me siento feliz porque no formamos parte de la masa.



miércoles, 4 de enero de 2012

Dosmilonce: Proceed to Reset



Es tiempo [otra vez] de hacer balance. De reflexionar sobre lo que ha sido dosmilonce, de lo bueno y lo malo, de lo previsto y lo inesperado, de revisar los propósitos que se quedaron sin cumplir. Tal vez sería más rápido si sólo revisáramos los que sí se han cumplido.

Llega dosmildoce y toca volver a pensar en la dieta, el gimnasio,las clases de frances, las finanzas y el desarrollo personal. Pero, como cantaba la flamenca, a mi no me vengáh con pamplináh...

Con la impoluta agenda moleskine en el bolso, es el momento de hacer un reset general. Finiquitar un año para empezar otro con buen pie y pocas expectativas. Fue el año de los cambios, de entrar en la peligrosa etapa de la educación Primaria (ergo, escolarización obligatoria y espada de Damocles sobre nuestras cabezas), el año de las reconciliaciones y de abrazar [por fin] el unschooling en todo su esplendor. Liberar mi mente de las ataduras escolares, atreverme, dejar de dar explicaciones e, incluso, comenzar este blog. No estaba entre mis planes. ¿Lo veis? Al final, lo mejor del año, resulta ser todo lo que no estaba en los propósitos de Año Nuevo. Supongo que lo mío es un des-propósito.

Este año pasará a la Historia del Homeschooling Español como el año en que vivimos con la sentencia del TC planeando sobre nuestras cabezas; el año en que varias familias se vieron obligadas a escolarizar; el año en que un cambio de gobierno parecía esperanzador. A ver qué nos demuestra el dosmildoce.

Yo, por mi parte, finiquito el dosmilonce y reseteo para empezar sin cargas excesivas.


lunes, 2 de enero de 2012

Examen sorpresa de Año Nuevo


 
Lo había leído en muchos blogs y, al final, nos pasó a nosotros también.
Bueno, le pasó a mi hijo y yo, mientras observaba, no sabía si indignarme o sonreir por lo bajini.

Fue en la típica comida familiar del 1 de enero. Mis primos y yo con resaca. Yo, agradecida de que mis tíos se hicieran cargo de mi hijo. Hasta que, de repente, escucho a mi tío preguntarle cosas en inglés.

What's your name...

How old are you...
 
Cómo se escribe "blue"...
Vamos, las típicas preguntas de una conversación tío/sobrino; que sólo le faltaba sacar la Colt, vamos.

Lo bueno fue que el niño respondió a todo correctísimamente y mi tío se tuvo que callar lo que fuera que había estado pensando.
 
Y yo hice como si no hubiera oído nada, porque no valía la pena.


domingo, 1 de enero de 2012

We don't need no education



Situación:

La plaza de mi pueblo.
Anoche.
Grupo local versionando.
Qué penica daba ver a mis paisanos jóvenes e hiperescolarizados cantar esta canción a grito pelado: