martes, 13 de marzo de 2012

Las horas



A mi lo de los horarios me cuesta un poco, qué queréis que os diga.

Nunca me ha gustado que me impusieran horarios, ni para comer, ni para dormir, ni para trabajar ni nada de nada.  Las pocas veces que he tenido trabajos en los que tenía que cumplir un horario lo he pasado francamente mal. Y he llegado a la conclusión de que no vale la pena.

Pero, claro, el problema viene cuando conviven varias personas con ritmos absolutamente distintos. O las épocas en que mi hijo dormiría duerme hasta las dos del mediodía y mi superyo escolarizado sigue pensando que algo debería cambiar.



sábado, 10 de marzo de 2012

Opina que algo queda

Súbeme, Scotty. No hay vida inteligente ahí abajo.


 
Vale. Al final me he cabreado. Me ha cansado de escuchar las opiniones de gente que no tiene ni puta idea de lo que es el homeschooling.

Es típico: un programa de TV decide hacer un reportaje sobre educación en casa y sale a la calle para preguntarle a la gente. Y es típico que esa gente reconozca no saber nada del tema ni, mucho menos, conocer a familias que eduquen de esta forma. Y, sin embargo, se atreven a dar su opinión usando un tono de convencimiento absoluto de estar dando LA opinión correcta.

¿Acaso opino yo sobre si los vegetarianos pueden alimentar a sus hijos con una dieta estrictamente vegetariana y, en su caso, sobre cómo deberían o no deberían hacerlo? ¿Opino sobre lo que deberían darles de comer y sobre si deberían darles o no suplementos? Por supuesto que no, porque ni soy vegetariana, ni soy nutricionista, ni soy médico ni tengo ni puta idea de este tema. Y, sobre todo, porque lo que hagan los vegetarianos con sus hijos no es asunto mío.

Pero, cuando se trata de educación en casa, todo el mundo se atreve a sentenciar. Mucha gente parece tener clarísimo que sí es legítimo educar en casa siempre que se proporcionen unos contenidos mínimos y que los padres estén suficientemente capacitados.

Pero, vamos a ver, ¿quién va a determinar cuáles son esos contenidos mínimos? ¿Quién va a decidir cómo se valora la capacitación de los padres? ¿Dónde vamos a tirar la línea?

El ejemplo clásico es éste: si un niño de 12 años no sabe leer con corrección, es que sus padres no lo están educando adecuadamente y, por tanto, se les debería obligar a escolarizarle. Bien, sólo voy a decir dos cosas:

1) Si una persona, más tarde o más temprano, aprende a leer con corrección, ¿qué más da que haya aprendido a los 3 años, que a los 7 o a los 15? ¿Cuál es la diferencia entre un niños que a los 5 no lee y otro que no lee a los 12?

2) Las escuelas están llenas de niños de 12 años (y más) que no leen con corrección y, sin embargo, a nadie se le ocurre obligar a desescolarizarles. Porque leer no es sólo juntar letras. Leer es, sobre todo, desarrollar la habilidad de la comprensión lectora. Hay estudiantes universitarios que, después de leer un artículo de dos páginas, son incapaces de explicarte su contenido o de resumirte las ideas fundamentales.

viernes, 2 de marzo de 2012

Una cosa lleva a la otra



Podría escribir un sesudo artículo sobre lo que es el unschooling.

Hay mucho malentendido por ahí, sobre este tema.

La gente piensa que el unschooling es desestructurado, que es dejar al niño "libre" para que aprenda lo que necesite (qué bien suena, dicho así).

Pero lo fundamental del unschooling es esto:

1. Darse cuenta (y aceptar) el hecho de que el aprendizaje está en todas partes, aunque no siempre sepamos explicarlos en términos académicos. Que puede ser igual de didáctico un libro de texto, que un juego de mesa, que un programa de TV, que una visita a un museo o una salida al campo.

2. Estar presente y disponible. Siempre. En todo momento. Aunque sean las 12 de la noche y tengas ganas de mandar a tus hijos a la mierda cama.

3. Tratar a los niños como a personas (que es lo que son) que tienen una vida aquí y ahora; no son humanos en potencia que se estén preparando para la vida que tendrán en un futuro. No way.

Todo ello se traduce, en la práctica, en ser capaz de enlazar los temas según surjan pero sin ánimo de ponerse en plan profesor, sin pensar "bien, ahora que está leyendo este cómic de Tintín voy a aprovechar para darle una lección sobre las profesiones que salen en él".  Y hablar, por ejemplo, de la profesión de Alan, el contramaestre, os puede llevar a hablar de la marina mercante y de los peligros de la vida en el mar, y de geografía y de cómo se organiza un puerto y de por qué algunos puertos son puntos militares estratégicos y de por qué algunos países invaden a otros y un larguísimo etcétera que os llevará muy lejos del comic de Tintín.
 
Y, si bien es cierto que los cómics de Tintín dan para eso y mucho más, tiene que ser algo espontáneo y que os interese a todos. Si es algo que tú fuerzas sobre tus hijos con espíritu "educador", entonces no es unschooling.

Es homeschooling y podemos debatir sobre su legitimidad. Pero no es unschooling.

[NOTA MENTAL: preparar un post sobre la importancia de llamar a las cosas por su nombre]